Las conversaciones entre fotógrafos de boda sobre fotografía documental, dirigida y posada, siempre acaban en discusión. Estas tres maneras de trabajar en las bodas corresponden al grado de intervención del fotógrafo en lo que ocurre, de menos a más.
Parece que ahora está de moda decir que uno hace fotografía documental de bodas o estilo periodístico (sin intervenir en la historia nunca). Al menos así se venden a sus clientes y colegas: “que nunca hacen posar a los novios” como que es lo mejor para un buen resultado. Pero luego, a la hora de la verdad, todos, toditos, intervenimos de alguna manera. Como es lógico, pues también hemos sido elegidos para formar parte de ese día y estamos allí.
Dirigir o hacer posar a los novios, no es ni malo, ni tiene menos mérito. Es más, en función de los resultados puede tener muchísimo mérito y oye, cada uno tiene su manera de trabajar. Al final lo importante es que guste tu trabajo que es por lo que te contratan.
Como he adelantado, no es la primera vez que un fotógrafo “grande” vende en sus workshops como que hace una cosa, y luego te enteras a través de los camareros del restaurante que incluso mandó modificar la distribución de las mesas en el banquete para poder obtener una determinada foto de los novios, supuestamente espontánea. Y a ver, la realidad es que es un fotón y tiene también mucho mérito, pero a cada cosa hay que llamarla por su nombre, y esa foto tras mandar mover las mesas, plantar a los novios allí y poner un flash de contra, es de todo menos documental.
No nos engañemos, TODOS dirigimos en algunos momentos, de una manera u otra, incluso a veces sólo con nuestra presencia, la gente se comporta diferente.
Definamos de manera rápida qué es fotografía documental, dirigida y posada.
Fotografía documental
La fotografía documental, también conocida como estilo periodístico es aquella en la que todos los momentos se captan sin intervenir lo más mínimo en lo que está ocurriendo, es decir, al vuelo, como si el fotógrafo fuera invisible.

Esto tiene sus cosas buenas y sus cosas malas:
- Las buenas: los momentos capturados son espontáneos y naturales y por tanto las expresiones son totalmente ajenas a la existencia de la cámara.
- Las malas: hay bodas en las que no existen momentos especiales o cuando los captas, no quedan imágenes estéticamente atractivas a efectos artísticos, sobre todo por el entorno o la luz, lo cual es importantísimo también para la lectura de la foto. Aunque sea un momento potente, la foto no puede estar hecha de cualquier manera, en cualquier sitio y con cualquier luz.
Es más, si todas las fotos fueran estrictamente documentalistas, es posible que no haya ni una foto digna de enmarcarla y colgarla en la pared, al menos una realmente buena, que salgan los novios guapos, que se les vea bien y sin que aparezca el cuñado por detrás con una copa en la mano.
Fotografía dirigida
Debido a lo anterior, muchos fotógrafos además de fotografía documental, también hacemos un pequeño porcentaje de fotografía dirigida, en la que se interviene ligeramente y se dirige la situación para intentar obtener un resultado estéticamente mejor o fotos que de otra manera no se podrían obtener. Obviamente sería algo sutil y razonable, como por ejemplo “por favor el cuñado, que se aparte” o “id hasta aquellos árboles, daros la mano y venid charlando”. Con esto muchas veces se consiguen fotografías menos espontáneas pero sí estéticamente más atractivas lo que compensa una cosa con la otra.

Estar con los novios 20 minutitos dando tiempo a que los invitados se desplacen desde la ceremonia hasta el banquete, o 10 minutos mientras que los invitados se sientan, te permite conseguir unas cuantas fotos más, en un entorno más controlado, donde sólo estén ellos para ti.
Fotografía posada
Por último, a veces para fotos muy específicas o con determinados novios que se quedan paralizados ante la cámara sin saber qué hacer, te ves obligado, por cuestiones de tiempo, a darles indicaciones más particulares de las que se da en la fotografía dirigida, del estilo a “giraros para mí, pon esta mano aquí, mírale a él, sonríe, tú haz este gesto como de sorpresa”.
Cabe mencionar que hay un tipo de posado tradicional, como el de las bodas de nuestros padres o hermanos mayores, que ya no se lleva. El posado actual, es mucho más desenfadado, al estilo de la fotografía de moda o publicidad, que realizado por buenos fotógrafos tendrá un resultado espectacular. Casi todos los premios fearless corresponden a fotografías dirigidas o posadas y son fotones.
Resumiendo.
La mayoría de los fotógrafos actualmente hacemos fotografía documentalistas en su mayoría (90% o más de la boda). Adicionalmente, fotografía dirigida en determinados momentos, y si no nos queda más remedio o para algo muy específico, posada.
Y esto creo que da un valor añadido a hacer sólo fotografía documentalista, ¿no crees?.
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